El uso de plásticos en la agricultura permite el aumento de los rendimientos, menor dependencia de los herbicidas y pesticidas, una mejor protección a los alimentos sobre las incidencias del medio ambiente y una conservación del agua más eficiente.
Sin embargo, los polímeros convencionales no se degradan, se acumulan en los campos deteriorando el paisaje, agravando la conservación de los suelos, generan grandes problemas en la gestión de residuos, se incrementa la mano de obra y coste económico para la retirada de estos materiales y si se incineran liberan una cantidad no controlada de CO2.

Como resultado de esta problemática se propone el uso de nuevos materiales biobasados y biodegradables que además de tener los efectos positivos de los plásticos tradicionales, mejoran la producción (oligoelementos añadidos, protección frutas libre pesticidas y efectos positivos en aspecto externo) de un modo medioambientalmente sostenible. Por otro lado, los materiales de acolchado plásticos no controlan ciertas malas hierbas, sin embargo, los papeles impiden ser atravesados por estas especies.
No obstante, estos materiales alternativos necesitan ser mejorados para poder ser instalados con mayor facilidad y para degradarse en el plazo necesario y es necesario conocer su comportamiento en campo para poder responder a la demanda de necesidades diversas de los productores hortícolas.

Proyecto cofinanciado por el FEADER – UE con un presupuesto de 50.929,55€ y una intensidad en la ayuda del 100%.